Wilson Orellana utiliza la pintura como medio para reflexionar sobre el poder y el impacto de éste como creador de orden y jerarquía social. Su trabajo proviene de una educación previa en metodologías de trabajo de campo derivadas de la antropología y la investigación en relación a la pintura como medio. Tiene la intención de entrar en la transitividad, expresar una acción que pasa a un objeto (Joselit, David). Un registro contextual desde la individualidad del artista. Pensando las posibilidades de captura acciones y transformarlas a un objeto pictórico. Su producción se motiva por la reflexión de su propio tránsito: desde una pequeña ciudad ecuatoriana en situación de clase media, a un puesto de docente universitario con oportunidades y exposición a entornos en la capital de su país e internacionalmente. Wilson crea obras que provocan un diálogo sobre los efectos de las diferentes estructuras de poder y cómo estas afectan las formas de pensar y actuar a nivel identitario personal/colectivo.

Sus obras presentan una narrativa visual contemporánea acerca de la distancia física y simbólica entre los individuos dentro de una sociedad. La práctica de Wilson busca representar y reflexionar sobre la compleja interacción entre la experiencia propia y la identificación social en un contexto cultural amplio modelado por el poder en corrientes políticas, sociales, culturales y económicas que gobiernan la experiencia contemporánea ecuatoriana.